Con esto de olvidar el blog durante mucho tiempo hay cosas de las que me hubiera gustado escribir que se quedaron en el tintero, discos que me han parecido auténticas joyas, descubrimientos, o conciertos de los que hablar, de estos últimos lo que menos.
Quería escribir sobre el último disco de Arde Bogotá “Cowboys de la A3”, y resulta que como ahora los han nominado en los Grammy Latino 2023 a “Mejor Álbum de Rock” y “Mejor Canción Rock” han aparecido los “haters” del éxito ajeno a decir que se han vendido, que ya no son “indies / alternativos”, que ya no son tan accesibles, etc.
Este es un tema que siempre me ha encantado porque se repite una y otra vez con cualquier grupo cuando tiene éxito.
Es muy bonito, y he tenido la oportunidad de vivirlo, cuando un grupo empieza y los conciertos se hacen en sala pequeña casi en familia, y al final del concierto ellos son los que están vendiendo su propio “merchan” y puedes acercarte y charlar un rato y te atienden y te agradecen que hayas estado allí y los felicitas por el concierto o por el disco que acaban de sacar, está claro que esos ratos son bonitos para ambas partes, pero lo que no puede ser es que les desees lo mejor en su carrera y cuando las cosas les empiezan a ir bien o muy bien critiques que hayan conseguido lo que tu les deseaste. Es pura contradicción.
Y no nos engañemos que le vaya bien a una banda es que llenen salas, vendan discos, y ganen premios por su trabajo. Vamos, vivir de ello, que no es fácil.
Era muy bonito cenar en Algeciras con Izal en la misma mesa antes del concierto en la Sala Farándula y hablar del Festival Granapop en el que tocarían unos meses más tarde, o acercarse a la zona del “merchan” de Varry Brava cuando tocaron en la Sala Fun Club de Sevilla y charlar un rato con Aarón, Óscar, Vicente, y los gemelos Gas.
Llevarle una ilustración de una de sus canciones a Carmen Boza la primera vez que la vi tocar en el Pay-Pay en Cádiz y charlar un rato, y que hayamos coincidido posteriormente en varios conciertos ya con mis hijas y las conozca.
Ahora hay otras bandas o cantantes con quien se puede tener cierta cercanía tras un concierto, lo suyo es estar allí cuando empiezan, y seguir apoyándolos cuando ya no son tan accesibles.
Una vez soltado ese rollo, tanto el escrito como el de los “haters”, voy a contaros que el último trabajo de Arde Bogotá es un gran disco de principio a fin, me engancharon con “Los Perros”, “Cowboys de la A3” y “La Salvación” pero es de esos discos que tienen grandes canciones fuera de los singles “Escorpio y Sagitario”, “Veneno”, “Flor de la Mancha” o “Todos Mis Amigos Están Tristes” son un buen ejemplo de ello.
Uno de los mejores discos que escuché este 2023, sin duda.
“Y cuando todos mis amigos están tristes
Todos quieren pelear, quieren gritar”
Ilustración va.